Saturday, December 29, 2007

Reflexión de Navidad.



Imagino el rostro de Maria. Una adolescente con un niño entre sus brazos. Mateo recuerda el texto de Isaías “Le pondrán como nombre Emmanuel: Dios con nosotros”. No hablamos de un Dios que está delante o detrás, siguiéndonos constantemente viendo si nos equivocamos o no. Es el Dios que acompaña, el Dios que apoya y reconforta.

El niño, no juzga, ni culpa, vive su propia existencia, contemplado por su madre maravillada. Un José, sorprendido, confundido. Un hombre que podría haber repudiado a María según las leyes judías..no lo hace...no tiene sentido. Tal vez, capaz de reconocer la presencia de Dios en esto extraño que no termina de comprender.

Lucas remarca la figura de los pastores. El pastor en tiempos de Jesús es el personaje de oficio mas dudoso, bordea con el delincuente y las personas de mal vivir...esos son los que llegan primero a visitar al niño recién nacido…Mateo habla de los sabios de oriente, no de los maestros de la ley judíos, sino de aquellos que vienen de muy lejos, que nada tienen que ver con ese mundo, esa cultura, esa realidad. Eso sí, buscadores lejanos que se maravillan con lo que encuentran: un bebé en un comedero de animales. Una vez más la contradicción: Sabios extraños, pastores casi delincuentes, viendo un niño campesino en un establo…

Los relatos del nacimiento de Jesús están llenos de contradicciones, porque lo esencial que ellos quieren es compartir la experiencia de con-vivir con un Dios que se acerca a los hombres desde la humildad de un recién nacido, de una pareja de humildes campesinos, de sabios lejanos, de pastores humildes.

Que esta navidad sea tiempo de recordar las fuentes del sentido de este símbolo. Celebramos, no los regalos, ni el Papa Noel , ni las lucecitas, ni el árbol de navidad, el pavo o el panetón. Celebramos que creemos en el Dios a la manera de Jesús, que camina con nosotros con la ternura y, la inocencia de niño. El niño que no odia, que perdona, que acoge, que llora, que sonríe. Nada más humano que exprese el milagro de la vida..que un niño recién nacido, en él se encarna el misterio de la vida, el sentido y también el sin sentido de la misma vida…he ahí el misterio.

Tiempo de recordar ese Jesús, es decir, tiempo de perdonar, de acoger, de celebrar nuestra vida con lo bueno y con lo malo, de recordar al pobre, tiempo de dejarse afectar, como los pastores: anunciando y viviendo a ese niño Emmanuel: “Dios con Nosotros”. Ha nacido el Mesías, el Señor…

Feliz Navidad


* Cuadro: Rembrandt, Adoración de los pastores, 1633

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